«No me canceles a ese, ese es mio». Frases como estas van y vienen en la actual alcaldía de Santo Domingo Este que, aunque hacia afuera ha bajado la presión, sigue procurando «sanear» la nómina sin que el incumbente de esta dirección aparezca y de detalles.
La pasada administración, fruto de un acuerdo tácito entre una facción del PRM y el que logro imponerse, el PLD con Alfredo Martinez, el Cañero, garantizó un gran número de plazas de la entonces oposición que hoy, en su mayoría, no han podido ser canceladas pues los que tenían el acuerdo ahora reenganchan a esos por ser de su equipo.
Al final, el tema de los empleos queda atrapado en castas de los llamados dirigentes, incluye los regidores, cada uno de ellos representantes de equipos de campaña o equipos políticos y cada quien presiona para tener la mayor cantidad de empleos incluso, que les garanticen reelección.
Todo esto se vería normal, si no fuera porque el discurso es que «saquen» a todos pero es falso, porque los «enllaves» que estuvieron cuatro años nombrados ahora no pueden ser cancelados gracias al poder real del padrino, hoy, en el partido de gobierno.
Mientras, en las llamadas bases el que no supo amarrar a tiempo con quienes mueven los hilos de los empleos, deberán esperar cuatro años porque no serán colocados, casi se acaban los sombreros y sobran cabezas vacías y hambrientas.